martes, 8 de junio de 2010

KACHI KAWSAY (Vida salada)

CRÓNICA VIDA Y OBRA EN UNA SALINERA

Es la herencia de su padre la que hace a su cuerpo mas fuerte, esas manos que descansan y esperan despertar con ganas de seguir trabajando, herencia que también descansa dentro de unos pequeños pozos llenos de sueños, deseos, metas y sal.
Pico pala y un animal serán sus amigos y aliados en el trasmutado y cansado día que tiene por rutina.

UNO
ALLIKAY: (Salud)
Con extraña timidez, en un día cualquiera de un mes sin importancia en un lugar no tan lejos, aparece la primera luz de la mañana anunciando en inicio de labores en la villa salada de Maras. Villa que tiene entre sus manos el oro blanco y la esperanza entre sus hijos.


7:00 pm
Jesús Huamán Ccori, hombre que ha pasado su vida entera trabajando en la salinera de Maras, se preparar para un nuevo día de trabajo, es el frio quien le obliga a ponerse una chompa y el sueño quien le hace mojar su rostro.
Sabe que esta solo y no reclama por el desayuno que el mismo prepara, lento al preparar y veloz al tomar, algo humilde pero muy exquisito, suficiente para no perder las ganas.
Termina coge sus herramientas y esta listo para salir, es en la puerta es donde tiene la costumbre de encomendarse ,se persigna y caminando olvida el tiempo y en un instante saluda a sus colegas.

8:00 pm
El sabe que será un día de esos, largos y cansados aburridos, esas dunas de sal esperan ser empaquetadas. Ya no piensa en eso y comienza a trabajar.

10:00 pm
Doce sacos ya lleno, sus brazos se están cansados el sudor empapa su cara y una ampolla en la mano le hacen pensar que no podrá terminar, se preocupa por su familia quienes dependen de su rendimiento doce son la cuarta parte de un día casi regular.
Fuerza no le falta, no le importa nada ,tan solo el bienestar de quienes mas ama, es el tiempo quien estas ausente que parece ser una luz que viene y va.





DOS
QOLQE: (Dinero)
Febrero no es mes de sal, es la lluvia su peor enemigo y las goteras su pesadilla. En la bodega dos, no solo se trabaja, también se convive con sus compañeros de infancia, ellos que llevan casi toda su vida en este trabajo, miran de una forma natural y rutinaria el proceso de extracción de mientras otros se impresionan tan solo con el paisaje de sal blanquecino.
Dan gracias al agua del volcán quienes les regalan esa materia prima, también agradecen una empresa que sin darles un seguro o un mínimo de sueldo , siguen haciendo lo que mejor saben hacer.

12:00 pm
Es el hambre quien les detiene para descansar, esas manos callosas merecen parar tan solo por una hora ser libres de una pala y agarrar una cuchara. El almuerzo no siempre es bueno, depende de la señora de la tienda, hoy toco algo de atún y un poco de papa en un plato blanco, tan grade como vacio.
Se siente sed, sed de seguir trabajando. Es tan solo una hora de descanso.


13:00 pm
Vuelven aun cansados y con sueño ocasionado por el almuerzo, prenden una radio y al ritmo de un huayno siguen con lo cotidiano. Ya van vente sacos y esperan duplicarlo. Contando algunos anécdotas será más fácil de seguir, las risas no están prohibidas ni esas historias que les hacen recordar a sus familias.

16:00 pm
Ya casi han terminado, no es como ellos han esperado, a las 17 horas es el fin. Jacinto quien es quien aun no ha trabajado tendrá que hacer vente viajes, pobre burro que no tendrá descanso, el peso no importa es el reloj quien obliga a acelerar unas sogas acompañan a Jacinto, el látigo de Jesús seguirá cada paso de esta pobre vida.

TRES
KUYAY: (Amor)
No son las riquezas ni el esplendor, sino la tranquilidad y el trabajo, los que proporcionan la felicidad.
La razón por la que la preocupación mata más que el trabajo, es porque es más gente la que se preocupa que la que trabaja.

17:20 pm
Llego el atardecer, y una sonrisa despierta en las caras de Jesús y su amigo, es viernes el día de regresar a casa y verse después de una cinco días y veinte noches con su familia, menudo trabajo el que realizan, ellos son Mareños los mas indicados para llevar esta vida llena de sal.
Un carro espera ser llenado por una decena de trabajadores quienes miran con añoranza las salineras, y con nostalgia piensas regresar a su casa.

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